jueves, 17 de marzo de 2011

Cronica y curiosidades de su muerte

Corrían las 7:35 de la mañana del 15 de abril de 1957. El avión de Transportes Aéreos Mexicanos repleto de pescado del caribe iniciaba apenas su despegue. Su destino era la Ciudad de México. En él viajaban el piloto, el mecánico y un co-piloto espontáneo: Pedro Infante.
No pasaron más de 10 minutos, cuando de pronto: “Caboooooooom”. La nave se derrumbó sobre unas casas cercanas al aeropuerto de Mérida, Yucatán. Todos los tripulantes del “X B-24-D” murieron carbonizados. De paso, acabaron con la vida de dos personas a las que toneladas de pescado y el ídolo de la época, les cayó literalmente del cielo.
Pocas horas más tarde el locutor de la XEMH de Mérida, Humberto Rodríguez, anunció la noticia: “Se ha confirmado, Pedro, nuestro amado Pedro… ha muerto”.
La nota causó conmoción en todo el país. Particularmente en el Distrito Federal, donde ese día se vendieron más de medio millón de periódicos vespertinos (un número record considerando el alto índice de analfabetismo de la época). En la radio y la televisión los periodistas, varios de ellos en estado de shock, no podían ocultar su sorpresa y la propagaban. En las calles y las casas de los miles de mexicanos que adoraban a Pedro Infante, la sorpresa y el dolor no fue menor. Miles de personas abarrotaron el aeropuerto y luego la agencia Galloso para despedirse a gritos y entre tumultos del cantante. En México no se había visto nada semejante desde la muerte, en 1917, del poeta Amado Nervo. Resulta evidente que a más 50 años del fatídico accidente que acabó con la vida de Pedro Infante, la leyenda está más viva que nunca.
Como corresponde a toda leyenda, son cientos de mitos que se han construido y diseminado en torno a esta “estrella” del cine mexicano, a este ídolo de la cultura popular. Por ejemplo, todavía hay quienes dicen que quedó desfigurado por el accidente y que por ello no quiso regresar al cine; también se ha dicho que ya estaba cansado de la farándula y que lo del accidente fue un truco para exiliarse sin tener que darle explicaciones a nadie. Incluso hay quiénes todavía se hacen pasar por el “señor Infante”, como el caso de un sujeto llamado “Borjón Hurtado” a quien se le acusa de haber afirmado ser el mismísimo Pedro y haber cobrado 10,000 dólares por una presentación. Otro caso interesante es el de un impostor que intentó presentarse de manera infructuosa ante la familia Infante: “el problema es que no me reconocieron, porque estoy muy cambiado pero miren tengo la placa”.
A pesar de que era calvo, tenia diabetes y ya había tenido un previo accidente aéreo, los mitos sobre Pedro Infante son muchos. Lo interesante es que al igual que otras leyendas vivientes, como James Dean, John Lennon o Kurt Cobain, Pedro Infante simbólicamente sigue vivo y dando la cara por el estereotipo del macho mexicano, tierno pero atrabancado y mujeriego.
¿A quién no se le han puesto los ojos llorosos al escuchar ¡Torito, Torito!? ¿O quién no ha visto sus acrobacias en moto a lado de Luis Aguilar en A Toda Maquina, o mejor aun, quién no ha gozado un 1ero de enero la comedia que estelarizó con Silvia Pinal, El Inocente…? Pedro Infante vive.
                                                                              http://expressocomunicacion.espacioblog.com/post/2007/11/01/zap-n-81-lunes-16-abril-del-2007-tema-muerte-pedro

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